viernes, 2 de marzo de 2018

DOS ANILLOS, DOS ARCO IRIS

Una tiene 93 años, la otra 29.
Una es abuela de siete nietos, la otra es la más pequeña de ellos.
Desde el primer día se sintieron atraídas por un amor profundo, una desde sus años, la otra al recibir la caricia en su suave piel de recién nacida.
Un anillo brillaba en la mano de la abuela que hacía las delicias de la pequeña. Corría a su encuentro y tomándole la mano hacía girar el dedo para que el sol descompusiera en un arco iris de colores el pequeño brillante que tanto la atraía.
La abuela entonces le contaba la historia de su boda, del anillo que el abuelo había colocado en su dedo hacía ya muchos años.
Entonces la pequeña, con vos mimosa le decía:
—Abuela, cuando yo me case quiero llevar ese anillo.
Entonces la abuela con voz quebrada le contestaba:
—Este anillo será tuyo el día que yo emprenda un viaje muy largo y espero que lo cuides y lo quieras como nos hemos querido tus abuelos.
Ella no entendía y cada vez que la veía corría a sus brazos y le preguntaba:
—Abuela ¿cuándo te vas a hacer ese viaje largo?
Era tal la fascinación por el anillo que un día mordió a la abuela en el muslo por no querer dejarla jugar con ese arco iris que la hacía soñar.
Los años pasaron, la abuela ya no cuenta cuentos, pero siempre espera la llegada de esa nieta que le arranca sonrisas y le cuenta secretos y entrelazan sus manos como cuando era pequeña y le regalaba los cuadros que de los cuentos ella pintaba y le pide perdón por aquel mordisco que nunca olvidó.
Un novio llegó y conociendo la historia del mítico anillo, mandó hacer una réplica idéntica para el día del compromiso.
Hoy hay dos arco iris que danzan y destellan brillantes colores en dos manos que siempre se entrelazan, dos manos distintas que marcan el paso de la vida.
Una tiene 93 años—mi madre— y su anillo enlazado en su dedo hace más de siete décadas, cuenta una antigua historia de amor, la otra—mi hija— tiene 29 y su anillo comienza a contar una nueva historia.
La abuela se emociona al pensar que nunca dejó de amar y desear esa pequeña joya, compañera inseparable que hoy, ya viuda, la sigue acompañando con recuerdos y nostalgias y la nieta se alegra de que haya dos anillos, pues la abuela aún no ha emprendido ese largo viaje del que siempre le hablaba.
Dos generaciones entrelazadas con dos anillos, con dos arco iris que siempre danzan.
Anillo de la abuela: 3 de agosto de 1942
70 años después
Anillo de la nieta: 25 de diciembre de 2012


Diciembre, 2012.-
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