Yo también fui a la ESCUELA Nº 50
“PUNTA MÉDANOS”. Como tantos miles de niños que desde hace 90 años, cruzan por primera vez el
umbral de tu gran puerta, orgullosos de lucir el guardapolvo blanco.
Tres generaciones de mi familia adquirieron en tus aulas, no sólo
conocimientos, no sólo instrucción, también valores indispensables en la vida,
como moral, honestidad, respeto y perseverancia.
De la mano de docentes que dejaron bien en alto lo que significa
educación, aprendí a amar esa increíble, sacrificada vocación de ser MAESTRA, porque nada es comparable a
los frutos que se cosechan.
La inolvidable sonrisa y suavidad de mi primer maestra, la Sra Gwen de
Pritchar, la dulzura incomparable y la caligrafía perfecta de la Srta. Ciria,
el dínámico andar y la voz potente de la Sra. De Versellone, la serenidad y
paciencia de la Sra. De Gerbec., la increíble bondad y simpatía de la
inolvidable Rita, que nos mimaba con una manzanilla los días de dolor de panza.
De todas y de cada una de mis maestras guardo el más hermoso y emotivo
recuerdo, como también me merece un sentimiento especial, ese hombre adusto, de
gesto severo, pero de gran corazón, mi querido y siempre recordado Sr. Carlos
López y su esposa Dorita.
Escuelita querida, albergaste a todos tus hijos, sin importar los credos
ni las nacionalidades, educaste a checos y españoles, a portugueses y
austríacos, a polacos y búlgaros a hijos de plomeros y relojeros, a hijos de
gerentes y secretarios, a hijos de Coroneles y Sargentos. A todos bajo una
unidad y con el sólo propósito de
formarnos bajo una única bandera: la azul y blanca.
Cuántas risas están atrapadas entre tus paredes, cuántas lágrimas
escondidas en tus rincones, cuántos juegos alegres sobre tus cansadas baldosas,
cuántos nombre grabados en tus viejos pupitres, cuántas historias…
Por eso hoy, en el día de tu 90 cumpleaños, te recuerdo con amor y
nostalgia pero con la sonrisa y el
orgullo de haber pasado por tus aulas, de que me hayas cobijado y contenido, de
que me hayas formado e instruído.
Y además que
hayas sido testigo mudo de las amistades forjadas en tus aulas, esas amistades
que han perdurado en el tiempo y que, de las que no han fraguado, quedan las sonrisas, los rostros aniñados, las
anécdotas y el cariño por los años compartidos.
GRACIAS QUERIDA ESCUELA Nº 50 “PUNTA MÉDANOS!!!! Siempre en mi corazón y en mi recuerdo.
Hermosos y tiernos recuerdos de tu niñez y en especial de tu escuelita, allá en el sur. Un abrazo querida Liliana.
ResponderBorrarLiliana, un modo de expresar mi admiración por ser una escritora con la sensibilidad y la riqueza que demuestras en tu obra, ser mi referente y también una persona digna de mi más sincero afecto te he nominado para el premio THE BLOGGER RECOGNITION AWARD 2018. Si decides aceptarlo y recogerlo lo puedes hacer en este enlace:
ResponderBorrarhttps://deshojandoversos.blogspot.com/2018/10/nominaciones.html
Un fuerte abrazo.