viernes, 6 de noviembre de 2020

REALIDAD

 


Anoche en la penumbra del cuarto te pensaba.

Entorné los ojos y mis dedos dibujaron el contorno de tu cabeza sobre la almohada, la silueta de tu cuerpo sobre sábanas heladas.

Estiré los pies buscando la tibieza de los tuyos y mis manos, en el aire, acariciaron la fortaleza de tus muslos.

Sentí tu abrazo apretando nuestros cuerpos, sintiendo el calor de nuestra piel, que despedía fuego.

Incliné mi cabeza, buscando tu rostro amado y mi boca se abrió esperando el néctar de tus labios.

Abrí los ojos, para verme reflejada en tu serena mirada y un estremecimiento recorrió mi cuerpo, porque… allí no estabas.

Me encogí como un pájaro herido, hundiendo la cabeza entre las sábanas. Y lloré lágrimas amargas, por la soledad, por el silencio.

A mi lado, solo el aroma de tu piel amada, deseada, y un diario recordando la obligación de guardar distancia.




SEPTIEMBRE, 2020.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  EL OCASO DEL GUERRERO Fue el elegido para custodiar el pueblo, Fue el centinela, vigilante y altivo que con su traje de arcilla Supo tener...

Entradas más vistas